Diciembre 2015
"La sexualidad no es distracción o actividad de medio tiempo. Es una forma de ser".
Alexander Lowen
"La verdadera sexualidad no es el simple acercamiento de los sexos, sino el trabajo creador
del hombre y la maternidad de la mujer". Gregorio Marañón
La información sobre sexualidad debe
centrarse en combatir algunas creencias
erróneas o mitos, muy arraigados, y focalizar
estas actuaciones no solo en mejorar
conocimientos y actitudes, sino en generar
cambios de conducta. Realizando actividades relacionadas con la promoción de
una conducta sexual saludable.
La palabra mito connota una serie de circunstancias que son consideradas como verdaderas
en las sociedades aunque no tengan fundamento para considerarse como tal. En la cuestión
del tema de la sexualidad, también podríamos hacer una serie de listado o un sin número de mitos que son
considerados verdaderos por las personas en diferentes contextos y que al ser consideradas
inapelables suelen producir decisiones que a la larga en lugar de generar consecuencias
productivas, podrían desencadenar modos equivocados de proceder en estudiantes en
formación sobre este tema, sobre todo en niños y adolescentes, dichas decisiones son
tomadas en la mayoría de los casos por padres adultos, maestros, hermanos de iglesia,
pastores, entre otros. A continuación se enlistas algunos mitos y realidades sobre este tema (Félix, C. 2014).
1. Hablar de sexo es pecado y un tema intolerable para la mayoría de las personas.
2. Los hombres tienen más derecho de hablar sobre sexualidad que las mujeres.
3. Los niños y jóvenes adventistas no deben conocer a fondo el tema de la sexualidad.
4. Es mejor dar nombres simbólicos al aparato reproductor masculino y femenino para
evitar traumas en los niños y adolescentes.
5. Los padres no deberían explicar con detalle sobre las relaciones sexuales por ser un tema
difícil y complicado.
6. Las escuelas adventistas no deberían plantear el tema de sexualidad abiertamente en las
clases.
7. El tema de sexualidad perjudica emocional y espiritualmente a los niños y jóvenes.
8. Los adolescentes aún no están preparados para conocer temas sobre sexualidad pues los
estimula a experimentarlo abiertamente.
9. Cuando un niño y joven pregunta sobre sexualidad es conveniente no aclarar sus dudas.
10. Los libros de texto de las instituciones educativas no deberían traer contenido explícito
sobre el tema de la sexualidad.
11. Hablar de sexo propicia a la relación sexual precoz.
Realidades de la Sexualidad
1. Los niños y jóvenes requieren conocer abiertamente los temas sobre sexualidad en base a
su edad y nivel académico.
2. La sexualidad es un tema de suma importancia para todas las edades.
3. Se requiere hablar de la sexualidad con naturalidad.
4. La sexualidad es un tema tergiversado por la sociedad actual, por influencia de medios
de comunicación y redes sociales.
5. La sexualidad es parte del plan de Dios para el ser humano
6. La sexualidad es un regalo Divino para la procreación y placer
7. El ambiente familiar predispone a la práctica sexual precoz
Es importante recordar que los seres humanos desde que nacemos somos seres sexuados, y
que la sexualidad se manifiesta de muchas maneras, desde el apego con la madre, la
socialización, y la exploración corporal de los niños a temprana edad, se ha llegado a
delimitar la sexualidad como únicamente el acto sexual y eso es un concepto erróneo, por
eso es de suma importancia considerar el conocer sobre este tema en toda sus
manifestaciones ya que el conocimiento nos lleva a una mejor actuación ante los menores
que aún están en pleno desarrollo y conocimiento de este tema (Félix, C. 2014).
Valores Familiares
LA FAMILIA TIENE UN PAPEL IMPORTANTE EN LA
PROMOCIÓN DE ESTOS VALORES Y ACTITUDES
La sexualidad está presente durante toda la vida, por eso padres
y madres deben procurar educar la sexualidad de sus
hijos e hijas desde el principio, desde que nacen. No hay
que esperar a la adolescencia para empezar a hablar con ellos sobre
sexualidad. En todas las etapas existen aspectos de la sexualidad
para cultivar, para vivirla de la manera más plena posible: Aprendiendo
a sentirse satisfecho o satisfecha tanto con lo
que se hace como con lo que no, a encontrarse a gusto
con uno mismo, con una misma a que el placer guarda relación
con muchas cosas, con la piel y los comportamientos
pero también con los deseos, con la coherencia, con
la intimidad (De la cruz y Cols. 2009: Confederación Española
de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos).
Esto es cierto para todo, también para la prevención de
consecuencias no deseadas (VIH-SIDA, ETS, embarazos
no deseados…). Antes de la adolescencia es cuando se van
aprendiendo y adquiriendo muchas ideas, actitudes, habilidades,
valores, información, que, además, contribuyen a prevenir mejor
los riesgos y evitar consecuencias no deseadas, cuando se mantienen
relaciones coitales o genitales (De la cruz y Cols. 2009: Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos).
Para hacer buena educación sexual con los hijos e hijas,
no es necesario ser especialistas en sexología, ni tener muchos
conocimientos sobre el tema. Lo más importante son aspectos
con los que madres y padres ya cuentan: el afecto, la buena disposición,
el querer hablarles, escucharles, la complicidad. Por eso
lo fundamental no es lo que se cuenta, si no que aprendan
que cuentan con sus padres. Lo que suele ser verdad para muchos
temas y tiene que serlo también para la sexualidad (De la cruz y Cols. 2009: Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos)..
Hacer educación sexual no solamente consiste en proporcionar
preservativos o hablar de prevención de embarazos. La educación sexual consiste en muchas cosas. Contribuir con
el cariño de padres y madres a que los hijos e hijas aprendan a
sentirse personas valiosas, importantes, seguras. Hablar o responder
a preguntas sobre cómo son los cuerpos, o cualquier otro
tema. Tener en cuenta que hay diferentes orientaciones del
deseo (heterosexual y homosexual), que la sexualidad tiene que
ver con todas las personas (jóvenes y menos jóvenes, con o sin
discapacidad…), que existen diferentes maneras de vivir la
sexualidad, que existen maneras muy diversas de entender
la familia (De la cruz y Cols. 2009: Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos).
Valores Personales
Si la sexualidad humana es una realidad muy compleja ya desde el punto
de vista biológico, no lo es menos en el plano psicológico y moral. En esos
tres planos intervienen una pluralidad de elementos, entre los que ha de darse
una adecuada integración y un mínimo de equilibrio. Baste pensar, por
ejemplo, en los graves problemas psiquiátricos derivados de una no adecuada
correspondencia entre la identidad psicológica sexual y el sexo genético y
gonádico (transexualismo), o en los problemas que la medicina debe afrontar
cuando la estructura gonádica es ambigüa o no se adecúa completamente al
sexo genético y psicológico. Desde el punto de vista ético la sexualidad aparece
como un ámbito en el que se entrecruzan valores y significados diversos, que
comprometen de modo profundo la responsabilidad de la persona. La
respuesta ante esos valores genera actitudes capaces de alterar la tonalidad
afectiva y ética ligada a la vida sexual (Rodriguez. A y López. R, 2008: LOS VALORES PERSONALES DE LA SEXUALIDAD Y DE LA
TRANSMISIÓN DE LA VIDA HUMANA).
La razón de ello es que los valores inscritos en la sexualidad están
estrechamente ligados al valor de la persona humana. Son valores
personales, y no valores de cosa. Conceptos significativamente tan diversos
como son, por una parte, reproducción y apareamiento y, por otra,
procreación y comunión conyugal se aplican a dos realidades, la sexualidad
animal y la humana, esencialmente idénticas desde el punto de vista
biológico. La peculiaridad psicológica y moral de esta última emerge cuando
se la considera como una dimensión existencial de la persona humana, y no
como la simple función biológica de la reproducción o como una fuente de
satisfacción y de placer sensible (Rodriguez. A y López. R, 2008: LOS VALORES PERSONALES DE LA SEXUALIDAD Y DE LA TRANSMISIÓN DE LA VIDA HUMANA)..
La referencia de la sexualidad al valor de la persona se establece a
diversos niveles y es, por tanto, en sí misma compleja. La actividad sexual se
refiere a la persona humana en cuanto que en esa actividad se ponen las
condiciones originantes de la existencia de un nuevo ser personal. En relación
a la persona ya existente y considerada estáticamente, como pertenencia a un
sexo, la sexualidad caracteriza hondamente al sujeto humano desde varios
puntos de vista: biológico, físico, psicológico, social e incluso espiritual; el
sexo está en el orden del ser de la persona, y no en el de su haber. Por quedar
toda la persona como tenida e implicada de alguna manera en la sexualidad,
su ejercicio compromete a la persona en su totalidad, y puede ser vehículo y
signo de una completa donación personal, como la exigida por el amor que
vivifica la forma mas básica y estable de la sociedad humana: el matrimonio familia (Rodriguez. A y López. R, 2008: LOS VALORES PERSONALES DE LA SEXUALIDAD Y DE LA TRANSMISIÓN DE LA VIDA HUMANA).
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